Las medidas de eficiencia, esenciales en la gestión del mantenedor

La energía, y en particular su consumo, se convierte en uno de los factores que más va a influir en el desarrollo de las empresas de mantenimiento en el siglo XXI. Así lo considera la Asociación de Mantenedores de Instalaciones de Calor y Frío (AMICYF), recordando que la empresa de mantenimiento está obligada a diseñar un conjunto de procedimientos nuevos y a integrarlos en la actividad de mantenimiento, con el objetivo de informar a sus clientes sobre el gasto energético de su instalación, así como corregir las posibles desviaciones que se produzcan en ella.

En esta línea y reforzando la exigencia sobre el mantenedor, se obliga a la empresa a certificar los consumos anulares registrados de combustible, energía eléctrica, agua para llenado de las instalaciones, así como las aportaciones anuales: térmicas de la central de producción y de las energías renovables y/o cogeneración si las hubiese.

“Esto significa que la adopción y cumplimiento de medidas de eficiencia energética cobrará protagonismo en la gestión del mantenedor”, asegura Amicyf. A la pregunta de cómo implementar estas medidas, la asociación explica que si se analiza la instrucción técnica sobre eficiencia energética se encuentran las claves sobre las que el mantenedor debe actuar, “en unos casos para mantener las condiciones de lo ya existente y, en otros, creemos que en la mayoría, para ir adaptando la instalación a las nuevas exigencias normativas”.

A modo de resumen, Amicyf señala que el Programa de Gestión Energética fijará el conjunto de procedimientos y actividades para alcanzar el consumo mínimo de energía en cada instalación, para lo cual las empresas, si quieren mantenerse en este mercado, tendrán que dotarse de recursos técnicos y humanos. En caso de no tenerlos, que asimilen el cambio producido en la actividad de la empresa, asignar nuevas responsabilidades a los operarios de mantenimiento, fijar procedimientos que estipulen y faciliten la comprensión de los datos recogidos para luego trasladárselo a su cliente y a la administración, así como intentar personalizar y aplicar en cada instalación el programa de gestión más adecuado.

Como contrapartida, aseguran los representantes del sector, “la implantación de un programa adecuado de gestión energética disminuirá los costes energéticos y económicos del cliente, al mismo tiempo que generará una mejora ambiental, para el conjunto de la sociedad, poniendo en valor la labor callada de las empresas de mantenimiento, que desde hace muchos años vienen realizando una labor sorda y callada en este ámbito, sin que en la mayoría de los casos obtengan el reconocimiento por parte de sus clientes”.